Un componente orgánico derivado del vinagre y muy usado en ciertas terapias para enfermedades cutáneas, es el ácido tricloroacético. Habitualmente indicado como ATC, se obtiene mediante la reacción del ácido acético y el cloro en presencia de un catalizador, en el cual tres moléculas de hidrógeno del grupo metilo, son sustituidas por átomos de cloro.
Qué propiedades tiene el ácido tricloroacético.
El ácido tricloroacético se presenta en forma de cristales blanquecinos y con un olor irritante. Siendo muy soluble en agua, alcohol o éter, los cuales absorbe por ser un compuesto higroscópico. Aunque bajo condiciones normales suele ser muy estable, es incompatible con bases fuertes, y en solución acuosa reacciona con metales generando gas de hidrógeno.
Se manifiesta como un ácido corrosivo que causa severas quemaduras en toda área de contacto, por lo que su ingestión o inhalación pueden causar daños en el pulmón o dolores abdominales, de igual manera, su exposición por largo tiempo origina erosión dental.
Cómo actúa el ácido tricloroacético.
Principalmente, el funcionamiento del ácido tricloroacético se basa en eliminar las capas de la piel para permitir que las células nuevas aparezcan. Una práctica realizada por dermatólogos o cirujanos plásticos, por tratarse de una solución demasiado peligrosa para ser empleada en el hogar.
Al aplicarse el ácido tricloroacético se provoca la necrosis coagulativa de las células con la consecuente muerte celular, estando relacionada la profundidad de la misma con la concentración del ácido. De esta manera, en concentraciones de hasta un 50%, puede penetrar la dermis papilar superficial o la dermis media reticular. Al respecto, la penetración de este componente orgánico dependerá de varios factores:
- Tipo de piel del paciente: las pieles gruesas o seborreicas son más tolerantes a las altas concentraciones del ácido tricloroacético, sin originar necrosis, en cambio, en las pieles finas dejan cicatrices.
- Forma de aplicación: si se administra el compuesto en concentraciones al 20% de forma repetitiva, equivaldría a una sola concentración del 50%.
- Utilización de ácido retinoico previo al tratamiento: lo que ha demostrado una mejoría en los resultados.
- Preparación de la piel: usando una sustancia limpiadora como el éter o un lavado con jabón, hace menos agresiva la terapia.
- Emplear el compuesto orgánico con otras sustancias: por ejemplo, unido a la solución de Jessner o al ácido glicólico, lo hacen más potente.
Posteriormente, a la semana de la terapia se produce una renovación de los tejidos dérmicos, eliminando los queratinocitos y la epidermis dañada. Una vez ocurre la cicatrización, el área de la piel tratada se vuelve más firme, elástica o rosada, y como resultado del adelgazamiento de la dermis, las fibras colágenas mejoran su vascularización, dando un aspecto de frescura y juventud.
El ácido tricloroacético y sus usos.
La utilización del ácido tricloroacético en la dermatología abarca la exfoliación de la piel o peeling y la eliminación de diferentes tipos de papilomas cutáneos, lunares o acné juvenil. En cuanto a la exfoliación de la piel, el tratamiento con este compuesto resulta más económico y menos invasivo que una cirugía plástica, aunque ambos producen los mismos resultados. Conforme a ello, se eliminan arrugas, machas por la edad, decoloración causada por el sol o el medio ambiente, lesiones precancerosas, verrugas genitales externas o virus del papiloma humano y el desvanecimiento de tatuajes.
También el ácido tricloroacético se emplea para destruir lesiones intraepiteliales, cervicales, uterinas, displasias cervicales de alto o bajo grado, y reducido a ácido dicloroacético, constituye un fármaco que posee atributos antitumorales. En odontología se utiliza en las lesiones epiteliales de la mucosa oral como aftas o llagas. Además, es empleado en bioquímica para la precipitación macromolecular de las proteínas, el ácido desoxirribonucleico (ADN) y el ácido ribonucleico (AR).
Finalmente se puede decir que las diferentes aplicaciones del ácido tricloroacético, lo convierten en un importante componente orgánico con una gran gama de beneficios para la salud humana.