Comúnmente el ácido tranexámico actúa para mejorar la coagulación sanguínea, sobre todo en los periodos menstruales de las mujeres con sangrado abundante. Siendo esta la razón, por la que pertenece a la clase de medicamentos denominados antifibrinolíticos.
El ácido tranexámico fue descubierto en 1962 por la doctora japonesa Utako Okamoto, en su búsqueda por encontrar un fármaco que tratara la hemorragia postparto. De esta investigación surgió esta sustancia sintética muy parecida a la lisina, que es un aminoácido compuesto por las proteínas sintetizadas por los seres vivos.
Cómo actúa el ácido tranexámico.
Generalmente, la presentación del ácido tranexámico es en tabletas que se administran por vía oral tres veces al día, a la misma hora, por cinco días seguidos durante la menstruación mensual, y debe tomarse todos los meses cuando se inicia el periodo. Es importante acotar, que las tabletas se deben tragar completas, sin masticarlas ni triturarlas.
Ciertamente como un antifibrinolítico, el mecanismo de acción del ácido tranexámico se fundamenta en bloquear la formación de la plasmina mediante una actividad inhibidora de los plasminógenos impidiendo de esta manera la disolución de los coágulos. Esta actividad que se realiza en dos horas tras la ingesta del medicamento, se metaboliza en forma mínima en el hígado, eliminándose por los riñones a través del aparato urinario.
Usos del ácido tranexámico.
Principalmente, el ácido tranexámico se usa para disminuir la cantidad de sangre que se pierde durante el periodo menstrual sin detener el sangrado natural. Igualmente se emplea en complicaciones frecuentes como son las hemorragias posparto, conocida como HPP, y en ocasiones, para reducir la pérdida de sangre en las cirugías como la cesárea o padecimientos asociados con un aumento de la hemorragia. De esta manera ayuda a prevenir la descomposición de la fibrina y mantener los coágulos sanguíneos.
De acuerdo a investigaciones médicas, el ácido tranexámico se ha probado en pacientes que sufren de melasma, una enfermedad de la piel adquiridas por algunas mujeres embarazadas, que consiste en la aparición de manchas oscuras en el rostro, siendo los resultados muy beneficiosos, en el sentido que se ha mostrado una reducción en la severidad del padecimiento.
Otros estudios han demostrado que este ácido reduce drásticamente los requerimientos de transfusión de glóbulos rojos durante el trasplante hepático. De igual forma, en las cirugías de prótesis de cadera o rodilla y escoliosis de columna, disminuye el sangrado sin necesidad de transfusión.
Contraindicaciones y efectos secundarios del ácido tranexámico.
Actualmente se consideran absolutas para el uso de ácido tranexámico, las siguientes contraindicaciones:
- Trombosis arterial o venosa aguda.
- Hematuria macroscópica, que se refiere a la presencia de orina en la sangre originada por el tracto urinario superior.
- Hemorragia subaracnoidea producida por la ruptura de un vaso sanguíneo en el cerebro, previo a su intervención neuroquirúrgica.
- Uso de concentrados de protrombina o de estrógenos con otros factores protrombóticos.
- Pacientes con hipersensibilidad al principio activo y con defectos adquiridos en la visión.
Al igual debe ser medicado con precaución en personas que han recibido cirugía cardiovascular, y bajo tratamiento de anticonceptivos orales por el riesgo a sufrir de una trombosis.
Para el caso de mujeres embarazadas, debe ser administrado solo si es necesario, ya que este componente traspasa de la placenta hacia el feto, estando presente en la leche materna en concentraciones cien veces menores que el suero.
En cuanto a los efectos secundarios del ácido tranexámico, se incluyen alteraciones gastrointestinales como diarreas y vómitos, perturbaciones cardiovasculares como hipotensión con pérdida de la conciencia y desordenes en el sistema nervioso como convulsiones.
Por último, se puede decir que el ácido tranexámico es uno de los avances de la medicina, que día a día ha ampliado sus indicaciones como fármaco.