Suiza es muy conocida por sus quesos, pero tal vez se desconoce que estos productos producen ácido propiónico de forma natural, un componente con propiedades antimicrobianas frente a los mohos y algunas bacterias. También llamado ácido propanoico, es un ácido graso saturado con una cadena corta que está integrado por un etano unido al carbono de un grupo carboxilo, que desprende sales conocidas como propionatos.
Este ácido carboxílico monoprótico, fue descubierto en el año 1844 por el químico Johann Gottlieb, durante la degradación del azúcar de algunos productos, constituyendo un ácido graso que forma una capa aceitosa cuando se sala en agua, produciendo sal potásica.
Cómo se obtiene el ácido propiónico.
El ácido propiónico se puede obtener de forma natural por la fermentación de la pulpa de la madera o a través de algunos quesos, como se mencionó en un principio. Sin embargo, industrialmente se produce con la oxidación del aire de propanal, mediante el empleo de cationes de cobalto o manganeso en bajas temperaturas. Igualmente se extrae como un subproducto del ácido acético, pero este método está en caducidad.
Biológicamente, el ácido propiónico se genera en el metabolismo de los ácidos grasos con carbonos impares y algunos aminoácidos. Este proceso se inicia cuando las bacterias que se encuentran en los estómagos de los rumiantes, catabolizan el sebo secretado por los poros, siendo prácticamente la razón del característico olor del queso suizo y del sudor.
Cuáles son las propiedades del ácido propiónico.
En su estado puro, el ácido propiónico es un líquido aceitoso incoloro que presenta un fuerte olor rancio y desagradable, con un peso molecular de 74,08 g/mol. Igualmente, es un ácido débil muy soluble en agua, etanol, éter y cloroformo. Mostrando propiedades que son propias de los ácidos carboxílicos, químicamente puede formar amidas, ésteres, anhídridos, derivados del cloruro, y en presencia del bromo crear ácido bromo propanoico. Teniendo atributos intermedios con ácidos más pequeños como el fórmico o el acético y otros más grandes.
A pesar de que el ácido propiónico no es tóxico debe ser manipulado con precaución, debido a que es un material combustible e inflamable, el cual puede ser encendido por calor, chispas o llamas. De igual forma, sus pesados vapores tienden a esparcirse por el suelo y tomar alcantarillas, sótanos o tanques, que al contacto con el aire produce violentas explosiones. Además, puede ser irritante de la piel, ojos, nariz y garganta, sin producir efectos de gravedad.
En qué se usa ácido propiónico.
Casi el 80% del consumo mundial de ácido propiónico está destinado a la conservación de alimentos elaborados para animales, cereales y la producción de propionatos de calcio o sodio, que son ingredientes básicos para alimentos humanos como el pan, bizcochos, pasteles y otros productos que son cocinados en horno, debido a su acción inhibidora del hongo.
Asimismo, el ácido propiónico es utilizado como fármaco en algunos polvos antimicóticos para los pies, y también como químico intermedio para modificar las fibras sintéticas de la celulosa o usado en la elaboración de pesticidas; otros empleos incluyen el uso de los ésteres de propionato de n-butilo o pentilo para la fabricación de disolventes.
Cuáles son los beneficios del ácido propiónico.
Existen una gran cantidad de ventajas que ofrece el ácido propiónico a la industria como su uso farmacéutico para la fabricación de antimicóticos, su empleo agroindustrial en el sellado de ensilajes del pasto para obtener la fermentación láctica y optimizar la calidad, así como mejorar la salud y productividad de los animales que son alimentados con un pienso libre de microorganismos. Al igual que al impedir el desarrollo de hongos o bacterias en granos y alimentos de consumo humano, se convierte en un gran protector del desarrollo de tumores en el colon.