Un agente inmunosupresor proveniente del cultivo del penicillium es el ácido micofenólico. En este sentido, el penicillium es un grupo de organismos que incluye a más de 300 especies, tales como los mohos, las levaduras y los hongos, de los cuales se produce la penicilina.
Aunque en el año 1898, se realizó el primer aislamiento del ácido micofenólico, y no fue hasta el año 1952, que se comenzaron a descubrir sus propiedades antibacterianas, antivirales, antitumorales, antirreumáticas e inmunitarias, originándose los fármacos micofenolato de sodio o micofenolato mofetilo, de esta manera se emplearon para tratar enfermedades autoinmunes, prevenir el rechazo de trasplantes de órganos o el tratamiento de la artritis reumatoide.
Cómo actúa el ácido micofenólico.
El ácido micofenólico impide la síntesis de las purinas en los linfocitos, especialmente de la enzima inosina monofosfato deshidrogenasa. Esta enzima es de vital importancia en la absorción de las purinas, pero un factor limitante en su conversión a guanosina monofosfato, la cual sirve de intermedio de la asimilación de proteínas y glicoproteínas del ADN y ARN.
Así, el ácido micofenólico al impedir la proliferación de linfocitos y la formación de moléculas de adhesión que se encuentran en la superficie de las células T del sistema inmunitario activado, como una reacción a un estímulo antigénico, bloquea las respuestas secundarias de los anticuerpos enviados por las células de memoria de los linfocitos. Adicionalmente, tiene un efecto sobre la síntesis del ADN, sin causar la rotura de los cromosomas, e impide la acumulación de leucocitos en las zonas de inflamación.
Todo lo anterior, explica el porqué el ácido micofenólico es un inmunosupresor muy potente, sobre todo cuando se emplea en combinación de otros fármacos como la ciclosporina y los corticoides. Conforme a ello, previene la respuesta inmune a sustancias extrañas en el cuerpo, impidiendo que los glóbulos blancos se multipliquen, garantizando que los órganos trasplantados no sean rechazados.
Farmacología del ácido micofenólico.
Inicialmente, el micofenolato de sodio o micofenolato mofetilo se administra por vía oral o intravenosa, una vez en el torrente sanguíneo se transforma en ácido micofenólico, que es realmente el principio activo del fármaco. Aproximadamente a los 36 minutos, este componente se ha unido a la proteína del plasma, luego de 17 horas, es metabolizado en el hígado a un glucurónido inactivo para ser expulsado por la orina o las heces.
Generalmente, el ácido micofenólico se usa para tratar personas con enfermedades autoinmunes, lupus, artritis reumatoide, vasculitis, enfermedad de Crohn, inflamación ocular como iritis o escleritis, trastornos renales o de la piel, y especialmente en trasplantes de órganos.
Hay que tener en cuenta, que este fármaco siempre se debe tomar en la forma indicada por el médico y en un horario regular con respecto a las comidas. Aparte, en caso de sobredosis, la sintomatología puede incluir mareos, vómitos, diarrea, sangrado o hematomas.
Las contraindicaciones del ácido micofenólico.
Al usarse el ácido micofenólico durante el embarazo se corre el riesgo de pérdida o malformaciones congénitas, no existiendo información si el componente traspasa a la leche materna. Igualmente, cuando se emplea en junto a otros inmunosupresores, posiblemente origina bronquiectasias, que consiste en una lesión en las paredes de las vías respiratorias.
Por otra parte, este medicamento al reducir las células que combaten los anticuerpos, es más fácil adquirir cualquier infección. También, existe la amenaza de desarrollar cáncer de tipo linfoma, y de igual manera, puede crear aplasia pura de glóbulos rojos, que es un padecimiento en el que la médula ósea no produce eritrocitos.
A pesar de estas exposiciones, la capacidad del ácido micofenólico ha marcado un hito en la historia de la inmunosupresión en el trasplante de cualquier órgano sólido.