Generalmente se vincula a los ácidos grasos saturados con el colesterol, pero veamos si esta afirmación es cierta.
Los ácidos grasos saturados son grasas que presentan una cadena de átomos hidrógeno unida a moléculas de carbono mediante enlaces simples, es decir, una estructura hidrocarbonada.
En consecuencia, debido a la carencia de dobles enlaces, se dificulta su combinación con otras moléculas, formándose el ácido graso.
Estas grasas saturadas se encuentran en mayor proporción en nutrientes animales como la carne de cerdo, bovino y aves, que aquellas provenientes de vegetales.
Cuáles son las propiedades que presentan los ácidos grasos saturados.
Una característica de los ácidos grasos saturados es que su cadena es más larga que la de otros ácidos grasos.
Y precisamente, esta cadena compuesta de enlaces simples o saturados, permite la interacción de los átomos de hidrógeno y carbono.
Relación anterior, que concede que físicamente sean sólidos o flexibles a temperatura ambiente, como por ejemplo la mantequilla.
Igualmente son visibles, como la que está en la piel del pollo, o invisibles, cuando son un ingrediente de alimentos.
La solubilidad de los ácidos grasos saturados es bipolar, es decir, una cabeza molecular es hidrófila o soluble en agua, mientras que la contraria es hidrófoba o repele el agua.
Algunos tipos de ácidos grasos saturados.
Existen diferentes tipos de ácidos grasos saturados, cada uno de ellos posee una variada longitud de átomos de carbono en su estructura molecular, así como también, tienen distintos comportamientos en los niveles del colesterol:
Laúrico (12 átomos de carbono).
Alrededor de un 50% del aceite de coco contiene este ácido saturado, estando demostrado que aumenta los niveles de colesterol.
Mirístico (14 átomos de carbono).
Se encuentra en la nuez moscada, leche de vaca, crema de leche y mantequilla, consumido en grandes cantidades también aumenta el colesterol.
Palmítico (16 átomos de carbono).
Principalmente está presente en los alimentos de origen animal como carnes o huevos, además en aceites como el de palma, y de igual manera incrementa los niveles de colesterol total, cuando se sustituyen en una dieta por carbohidratos.
Esteárico (18 átomos de carbono).
El cacao es una de las grasas vegetales que mayormente contiene este ácido, teniendo un efecto neutro sobre el colesterol.
Es importante mencionar que los ácidos grasos saturados con cadenas menores a 10 átomos de carbono apenas modifican el colesterol y entre ellos se encuentran los siguientes ácidos grasos:
Butírico (4 átomos de carbono).
Contenido en la leche, especialmente la de búfala, y adicionalmente en el diente de león, plátanos, crema de leche y mantequilla.
Valérico (5 átomos de carbono).
Un ácido graso que proviene de la raíz de la valeriana.
Caproico (6 átomos de carbono).
Se produce por la fermentación de algunas grasas, estando presente en la leche de cabra, grasas animales y aceites vegetales.
Caprílico (8 átomos de carbono).
Naturalmente se encuentra en pocos alimentos, incluyendo el coco, la leche materna y grasas animales o vegetales.
Cuáles son las funciones de los ácidos grasos saturados.
Absolutamente todas las células de nuestro organismo contienen colesterol prácticamente en la mitad de su composición.
De acuerdo a ello, las grasas saturadas son necesarias para el cerebro, los ojos, formación de hormonas, sales biliares, además de ayudar a las conexiones entre las neuronas para desarrollar la memoria.
Por ello los ácidos grasos saturados, aparte de las mencionadas, desempeñan numerosas funciones en el cuerpo humano:
- Traslada las vitaminas solubles A, D, E y K en grasas.
- Son imprescindible para el buen funcionamiento del sistema inmunológico.
- Demoran el proceso de digestión, produciendo esa sensación de llenura, por un largo rato, después de comer.
- Coadyuvantes de la conversión del caroteno en retinol, es decir, la vitamina A que será usada en los ojos y células epiteliales.
- Protegen el hígado y las paredes del sistema digestivo de sustancias tóxicas y del alcohol.
- Colaboran en la fijación del calcio en los huesos, e intervienen en la reparación de tejidos dañados en el organismo.
Más allá de las características que aportan las grasas saturadas como nutrientes para el correcto funcionamiento del cuerpo humano, su principal función es aportar la energía necesaria para que éste trabaje adecuadamente.
En base a ello, conocer los alimentos con ácidos grasos saturados es sumamente importante en la dieta diaria, dado que su consumo adecuado puede evitar cierto tipo de enfermedades que generan las alteraciones del colesterol en la sangre.
Perjuicios para la salud en el consumo de ácidos grasos saturados.
Se ha comprobado que el consumo excesivo de grasas saturadas aumentan los niveles de colesterol malo (LDL) en la sangre.
Así, se aumenta el riesgo de sufrir enfermedades y problemas cardiovasculares, como la ateroesclerosis, accidentes cerebrovasculares o infartos.
Lo recomendable es que la ingesta se limite a un 10% de las calorías que se consumen diariamente.
Debemos recordar que somos lo que comemos, y que los alimentos intervienen en nuestra salud, ya sea para bien o para mal.