Uno de los compuestos químicos de gran importancia en los procesos industriales de la actualidad, es el ácido fosfórico.
Conocido de igual manera como ácido ortofosfórico, es un oxácido débil que en nuestra vida diaria encontramos como aditivo en algunas bebidas refrescantes, snacks, té listo, aderezos, alimentos para gatos y derivados cárnicos.
En nuestro cuerpo este ácido se presenta en aniones llamados iones de fosfatos, particularmente en líquidos corporales y tejidos blandos.
Fue reconocido por Andreas Marggraf en 1745, mediante la precipitación de la orina fresca con nitrato de mercurio y carbón pulverizado.
El ácido fosfórico se obtiene a través de la mezcla de rocas de fosfato de calcio con ácido sulfúrico, filtrando el líquido resultante para extraer el sulfato de calcio.
Existen dos tipos de ácido ortofosfórico, a saber:
- Anhidro, se presenta en estado sólido en forma de filamentos y con una densidad mayor al agua.
- Hidratado, su complexión exhibe moléculas de agua, de acuerdo a ello, puede ser monohidratado, bihidratado,
Propiedades físicas y químicas del ácido fosfórico.
Habitualmente el ácido fosfórico se manifiesta en forma de cristales de color blanquecino, o como una espesa disolución transparente, característicamente inodora, con un peso molecular de 98,0 g/mol.
Entre las propiedades químicas del ácido ortofosfórico, se encuentran las siguientes:
- Es un compuesto muy soluble que muestra relativa densidad, tanto en agua como en etanol.
- Cuando es sometido a presiones de vapor en su estado puro, expone resistencia a la evaporación.
- Reacciona con metales finamente pulverizados, formando un hidrógeno gaseoso altamente inflamable y explosivo.
- Igualmente genera gases combustibles y tóxicos en contacto con nitruros, nitrilos, sulfuros y agentes reductores fuertes.
- No es compatible con materiales combustibles, alcoholes, ácidos fuertes, aminas, epóxidos y metales.
- Crea una reacción explosiva al mezclarse con nitrometano y tetrahidrborato sódico.
- Forma parte de los numerosos compuestos orgánicos del cuerpo humano como ácidos nucleicos, fosfolípidos, azúcares, además, se encuentra concentrado a manera de iones de fosfato en el plasma sanguíneo en unos 2mEq por litro.
Aplicaciones del ácido fosfórico.
La amplia gama de usos del ácido fosfórico, se debe precisamente a sus propiedades de persistencia ante los factores de oxidación, reducción y evaporación.
En este sentido, su aplicación abarca diferentes procesos industriales:
- En la preparación de disoluciones reguladoras de los niveles de pH en productos cosméticos y cuidado de la piel.
- Para el proceso de la fabricación del azúcar cruda o refinada, evitando la reproducción de hongos y bacterias.
- Conforma el ingrediente que le da un sabor más fuerte y ácido a las bebidas no alcohólicas, refrescos y gaseosas.
- La odontología lo emplea para el pegamento de prótesis, además de sustancia limpiadora de la superficie del esmalte dental.
- Utilizado en la formulación de detergentes, jabones e incluso desgrasantes.
- Es usado por su efecto acidulante en alimentos balanceados destinados a la industria ganadera y de mascotas.
- Empleado como agente conservante, saborizante, antioxidante en la elaboración de alimentos procesados.
- Aplicado para la obtención de fertilizantes complejos, y elemento ablandador de minerales en el tratamiento del agua.
- La industria farmacéutica lo aprovecha como componente en la fabricación de medicamentos antieméticos para evitar las náuseas.
- Representa un excelente limpiador de superficies metálicas, removiendo el óxido que los corroe.
- De manera natural está presente en alimentos como la leche, carne pollo, pescado, yema de huevo, nueces.
Dentro de nuestro organismo el ácido ortofosfórico, formando parte de las cadenas de ADN y ARN, es un elemento metabólico esencial para la acumulación de energía celular, estimulación de contracciones musculares, además de ayudar al buen funcionamiento de los huesos.
Riesgos del ácido fosfórico.
Aunque el ácido ortofosfórico no es tóxico, representa un compuesto fuerte y corrosivo que al contacto con la piel y otros tejidos del cuerpo pueden ocasionar daños.
De esta manera, mientras en la piel produce inflamación y enrojecimiento, en los ojos puede ocasionar ceguera.
Igualmente la inhalación de ácido fosfórico provoca irritación del tracto gastrointestinal y respiratorio, causando ardor, estornudos y tos.
En los casos más graves, por sobreexposición, produce daño pulmonar, asfixia, pérdida de conocimiento o la muerte.
La mayoría de estos efectos mencionados anteriormente, se generan en las fábricas industriales, donde los niveles de concentración de ácido fosfórico son más altos.
Pero hay algo que normalmente obviamos, ya que tomar refrescos o comer snacks, puede ser lo más común de este mundo, así nos convertimos en consumidores de este ácido, que en cantidades pequeñas a la larga repercuten en la salud.
Estudios recientes revelan que el consumo excesivo de bebidas de cola que contienen ácido fosfórico, erosionan el esmalte dental.
De la misma manera, el beber dos o más refrescos diariamente conduce al riesgo de desarrollar enfermedades renales o cálculos.
Existe también una incidencia en los consumidores habituales relacionada con una menor densidad ósea, es decir, los huesos crecen menos.
Normalmente este ácido tiene una acción deshidratante, siendo la causa que genera adicción sobre todo en las bebidas de cola.
Así, también es un componente de alimentos procesados como el té listo, barritas de cereales, néctares, leche evaporada, postres, salsas, quesos fundidos.