De manera sencilla, los ácidos y bases son dos compuestos químicos que presentan características diferentes al reaccionar con otros elementos.
Basado en lo anteriormente expuesto, los ácidos al entrar en contacto con otras sustancias, liberan de iones de hidrógeno que producen una acción corrosiva.
En cambio las bases son sustancias alcalinas que adheridas a otros componentes crean iones de hidróxido generando un efecto cáustico.
Los ácidos y bases originan una serie de propiedades cuando intercambian sus partículas con un elemento soluble, lo que ha sido objeto de investigaciones a través de la historia.
A finales del siglo XVIII, el químico francés Lavoisier manifestó que el oxígeno era un componente indispensable para formar ácidos.
Durante 1810, el químico británico Humphry Davy afirmó que el hidrógeno también era un factor fundamental en los ácidos.
Tiempo después, se comprobó que la propiedad alcalina de las bases neutralizaba la acción del oxígeno e hidrogeno produciendo sales.
Es decir, cuando se une una base con un ácido se produce un proceso de neutralización de la actividad corrosiva.
Teorías de los ácidos y bases.
Comenzando el siglo XX, se formularon tres grandes teorías en relación al comportamiento y naturaleza de los ácidos y bases:
Arrhenius: define a los ácidos como electrolitos que contienen hidrógeno que al ser disueltos en agua producen una concentración de iones de hidrógeno, y a las bases como una sustancia que en disolución generan iones de hidróxido.
Esta teoría resultó limitada, ya que solo describía la reacción de los ácidos y bases en líquidos.
Bronsted-Lowry: precisa que los ácidos son capaces de donar protones, estando las bases aptas para recibirlos.
Esta tesis supera a la Arrhenius, debido a que permite ampliar el número de elementos con propiedades bases.
Lewis: declara que una base puede donar un par de electrones y un ácido los puede aceptar.
Con esta última teoría se amplía el concepto de las sustancias que actúan como ácidos y bases a la vez.
Propiedades y ejemplos de ácidos y bases.
Las diferentes propiedades de los ácidos son las siguientes:
- Usualmente se presentan estado líquido o gaseoso, poseen un sabor amargo y tiñen de rojo los pigmentos vegetales.
- Al estar ionizados son excelentes conductores de corriente eléctrica en medios acuosos.
- Reaccionan con algunos metales como el magnesio y el zinc, desprendiendo hidrógeno gaseoso.
Ejemplos de ácidos son: perclórico, nítrico, cítrico, ascórbico, clorhídrico, tartárico, sulfúrico, fluorhídrico, acético, crómico, indolácetico, desoxirribonucleico, tricarboxílico, fórmico, glucónico, láctico, benzoico, málico, entre otros.
Muchos de estos ácidos lo encontramos en alimentos como las naranjas, limones, pomelos, manzanas, productos lácteos y vinagre.
En cuanto a las particularidades de las bases se encuentran:
- Tienen un sabor agrio, al tacto son resbaladizos y en presencia de ácidos protónicos forman sales y agua.
- Su carácter de electrolito en disoluciones lo hacen ser buenos conductores de energía eléctrica.
- Al contacto con ácidos tiene una acción neutralizante del efecto corrosivo que éstos producen.
Algunos prototipos de las bases son el hidróxido de sodio, hidróxido de calcio, hidróxido de cobre, hipoclorito de sodio, hidróxido de magnesio y carbonato de calcio.
En la vida cotidiana las bases también se encuentran en la leche de magnesia, cloro para piscinas, bicarbonato de sodio, jabones y detergentes.
Los ácidos y bases se pueden clasificar de acuerdo a su fortaleza o su debilidad, y en función a ello se emplean en diversas áreas.
Usos de ácidos y bases.
Partiendo de los supuestos anteriores, hemos visto que los ácidos y bases se encuentran en alimentos y productos que consumimos o usamos normalmente, presentándose de forma natural o como derivados de procesos industriales y químicos.
Así los ácidos suelen usarse como aditivos en alimentos, cosméticos y bebidas y catalizadores en la industria química.
En la producción de desinfectantes se utilizan los ácidos fénicos y salicílicos, y en las baterías para automóviles el sulfúrico.
El ácido nítrico es esencial en la fabricación de explosivos, fertilizantes para los cultivos y componentes para la electrónica.
Con el ácido tartárico se preparan bebidas efervescentes y sus aplicaciones alcanzan a la industria panadera y farmacéutica.
También en los procesos de obtención compuestos farmacéuticos y polímeros industriales se emplea el ácido fluorhídrico.
Aunque el ácido fosfórico promueve la descalcificación, es usado como un ingrediente para las bebidas de cola o refrescos.
Incluso, los ácidos se encuentran en su forma natural como el cítrico y ascórbico contenido en los limones, el clorhídrico segregado por el cuerpo humano en la digestión y el acético diluido en el vinagre.
En relación a las bases, el hidróxido de sodio es empleado a nivel industrial para la fabricación de detergentes domésticos, productos de higiene corporal como el jabón, y la elaboración de pulpa para el papel.
Los hidróxidos como el litio se utilizan en la producción de grasas lubricantes, y el potasio en jabones suaves.
Igualmente el hidróxido de amonio se emplea como limpiador de drenajes y el de calcio combate la sarna de mascotas.