Uno de los nutrientes esenciales para la buena salud del ser humano es el ácido ascórbico, también llamado vitamina C.
Su consumo diario está especialmente recomendado para mantener el buen funcionamiento del organismo, gracias a sus propiedades antioxidantes.
Ya que no puede ser producido por el propio cuerpo, debe suministrarse a través de la dieta o la suplementación.
Su nombre proviene de su capacidad para sanar y prevenir el escorbuto, cuya principal causa es la deficiencia de vitamina C.
Posee propiedades organolépticas inholoras e insaboras, puede diluirse en agua y su poder antioxidante brinda energía y ayuda a rejuvenecer.
Usos del ácido ascórbico
El ácido ascórbico o vitamina C se deriva del azúcar y puede encontrarse en distintos alimentos o determinados productos medicinales.
Este indispensable nutriente está compuesto por sales de potasio, calcio y sodio que actúan como un poderoso antioxidante.
Dichas sales pueden diluirse en el agua y ayudar a que las grasas en el organismo puedan oxidarse.
En cuanto a sus aplicaciones, el ácido ascórbico es comúnmente empleado en el campo de la medicina y la cosmética.
Se le atribuyen propiedades especiales para el cuidado de la piel y para mejorar la salud de los seres humanos.
Y es que este compuesto ayuda a reforzar el sistema inmune y a aumentar las defensas contra los agentes patógenos.
Por ello, se le utiliza con frecuencia para tratar enfermedades de tipo respitarotio prevenir resfriados, gripes, afecciones pulmonares y bronquiales.
Además, su poder antioxidante combate los radicales libres que promueven el envejecimiento y afectan los órganos internos y externos.
Así, este ácido mejora la salud del corazón, el hígado, los ojos, la apariencia de la piel y del cabello.
Propiedades del ácido ascórbico
Este compuesto esencial resulta favorecedor para el cuidado de la piel, notándose sus efectos de manera instantánea e incluso prolongada.
Esto se debe a su contenido de antioxidantes que combaten la acción de los radicales libres y retrasan el envejecimiento.
Además, este poderoso nutriente estimula la producción de colágeno natural que mejora la apariencia de la piel y los tejidos.
El colágeno es una sustancia proteínica inestable que requiere de la hidroxilación para poder regenerar los daños en el organismo.
Sin su presencia, los órganos y tejidos del cuerpo comienzan a debilitarse y a enfermar en apenas poco tiempo.
Por ello, los síntomas del escorbuto (daños en la piel, encías y cabello) son menores gracias a este compuesto.
El ácido ascórbico también resulta fundamental para el buen funcionamiento del metabolismo.
Ayuda a metabolizar el colesterol, los ácidos biliares y los aminoácidos, y a asimilar mejor los hidratos de carbono.
Igualmente, favorece la digestión de sustancias como la carnitina, la serotonina, la histamina y la norepinefrina, así como del hierro.
Por último, el ácido ascórbico ayuda a mantener las estructuras óseas en perfecto estado, fortaleciendo los dientes y manteniéndolos sanos.
Asimismo, les brinda elasticidad a los vasos sanguíneos, a los tendones y a los ligamentos.
Así, promueve la vasodilatación y previene la coagulación, favoreciendo a personas con hipertensión y arteroesclerosis, y evitando ataques al corazón.
De dónde obtener el ácido ascórbico
El ácido ascórbico puede incorporarse al organismo bien sea a través de la alimentación o mediante el uso de suplementos.
En los alimentos, puede encontrarse únicamente en frutas y vegetales, resaltando los cítricos como la naranja y el limón.
Sin embargo, productos como la coliflor, la patata, los pimientos, la papaya, el tomillo y el perejil también lo contienen.
Respecto a la cantidad de ácido ascórbico que una persona debería consumir, esta depende de su peso y estatura.
Sin embargo, se ha determinado que la cantidad promedio que debe ingerirse diariamente es de 80 mg por día.
Efectos secundarios del ácido ascórbico
A pesar de lo beneficioso que es, el exceso en el consumo de ácido ascórbico puede traer ciertos inconvenientes como:
- Aparición de cálculos renales de oxalato
- Vejiga irritada.
- Incremento de las ganas de miccionar.
- Desarrollo de anemia hemolítica.
- Acidificación de la orina.
.
Los cálculos en los riñones son una de las afecciones más comunes que aparecen por causa del exceso de ácido ascórbico.
Por ello, su uso está contraindicado en quienes padecen problemas renales o son propensos a desarrollarlos.
Asimismo, puede provocar anemia hemolítica, en la cual se reduce la cantidad de glóbulos rojos que transportan el oxígeno.
Cabe acotar que este tipo de anemia puede ser aún más probable en aquellas personas que presentan deficiencia G6PD.
En conclusión, si bien es cierto que el ácido ascórbico resulta esencial para mantener una buena salud y favorecer el correcto funcionamiento de los órganos y tejidos del cuerpo, un exceso en su consumo podría desencadenar serias consecuencias.
Por eso, al consumir alimentos ricos en este nutriente o tomar suplementos alimenticios, debe hacerse siempre de forma moderada.
De cualquier manera, se aconseja consultar con el médico para evitar mayores inconvenientes y asegurar la dosis correcta.